sábado, 18 de octubre de 2014

Adios tempestad

Poder decir adios es crecer. Gustavo Cerati

Y detengo mi velocidad
escapando de la tormenta.
Algunos raspones decoran mi piel,
serán cicatrices, medallas de honor.

Y de nuevo revive el fuego,
el ave fénix inmortal.
La muerte a la que todos temen
acaba con el pasado y da la vida al hoy.

Y es que estuve ahí a tus pies
y perdí mi norte y mi modo de operar.
Y de repente el agua se seco
Y mi barca no te alcanzo más.

Hoy fotones de luz que crean el amanecer
celebran un nuevo despertar.
Es sano sentir el dolor,
pero no hay que dejar de respirar.

De la luz matutina puedo decir
trae consigo la vida.
Nuevas maneras de caer y levantarse.
Y esta fuerza que es solo mía.

Me voy con las olas.
Y me despido de la tempestad.
Fue un buen momento mientras duró.
Pero ahora es tiempo de nadar hacia el sol.



martes, 7 de octubre de 2014

De la noche y la libertad

Somos testigos
de esta cárcel de concreto.
Que nos une.
Que nos separa.
Que no da la talla.

Somos esclavos
de este grillete de libertad
que no sabemos usar,
que no nos enseñaron,
ni nos enseñaran.

Eternamente enamorados
de falsedades
y de atardeceres,
del pensamiento
que nos nutre
de razones improbables

Y por la noche
nos ilumina la pantalla
de la oscuridad
de la batalla
de la que no podemos participar
pero si temer
de las bombas
de las miradas penetrantes
que no volverán

Y somos parte del mismo camino
con el mismo fin
obsesionados con practicar
lo que aprendimos.
Buscando entre notas
el vacío que nunca pudimos llenar,
ni comprendimos,
pero es nuestro amigo.

Encadenados
a ese punto de no retorno
de la conciencia,
de los recuerdos.
Y de cada vez que miramos hacia dentro,
nos encontramos
perdidos en el mismo desierto.

Extasiados con besos
de las memorias
que se retuercen
y que laten.
Y esos latidos que ya no escucho
son submarinos
de las ideas que no supimos decir
y que nos miran
moribundas
frente al espejo
cada noche antes de dormir.


domingo, 5 de octubre de 2014

Genesis

En el principio solo existía caos.
Amalgama de promesas rotas.
Niebla y aguas turbias.
Sin norte y sin rutas cortas.

Desterrado el tiempo envejecía
a la espera de un creador con letargo
destinos pulidos en oro
que nunca llegaron largo.

De repente la chispa se enciende
y las palabras se entrelazan
lagrimas y mares convergen
y estrellas en cielo se alzan.

Reinventando realidades
el creador ha despertado,
después de dormir en puentes,
el caos se queda vetado.

Lluvia de fuego,
acido que quema el alma.
La tormenta del cambio se acerca
Y entre caníbales tus recuerdos danzan.


"En tu ausencia las paredes se pintaran de tristeza y enjaularé mi corazón entre tus huesos." Bendecida 2.